Venid y ved

Juan 1:35-51

Les dijo: Venid y ved. Fueron, y vieron donde moraba, y se quedaron con él aquel día; porque era como la hora décima.

Juan 1:39

Cuando admiramos a alguien, queremos ser como ese alguien. Muchos niños quieren ser como Messi o Ronaldo porque son grandes jugadores de fútbol. Muchos admiran la trayectoria de artistas y quieren ser como ellos. Yo en lo personal admiro a Beethoven porque comparto muchas cosas de su sentir expresados en su música. Pero también admiro a Bach por su vida. De pequeño leí algunas de sus biografías y quería de alguna manera imitarles, aunque sabía de mis limitaciones personales y contextuales. Pero supe pronto que mi vida no era la música. Me encanta la música, pero no era el camino de mi vida. Y aunque Beethoven y Bach fueron grandes músicos, como ejemplos de vida, hay cosas de las que uno puede bien aprender, pero otras cosas que no. Son humanos, por lo que tienen sus virtudes y sus defectos. Entonces ¿hay algún ejemplo de un ser humano que sea un ejemplo perfecto para todos? Si. Nuestro Señor Jesús es el ejemplo de un hombre perfecto.

En este pequeño espacio no es posible discutir toda la doctrina sobre la naturaleza humana de Jesús. Lo que sí puedo comentar es que Jesús, siendo el postrer Adán, vino al mundo siendo totalmente hombre, pero sin pecado. Por lo tanto, como ejemplo de vida, cuando seguimos el ejemplo de vida de Jesús y obedecemos a sus enseñanzas, podemos vivir una vida perfecta delante de Dios. Como cristianos, nuestro deseo es conocer a Jesús y ser como él es.

Los discípulos de Jesús pudieron conocer quién era Jesús porque le siguieron, y vivieron con él todos los días. Andrés y otro discípulo de Juan vieron a Jesús y quisieron aprender más de él. Jesús no les negó, sino que les invitó, diciendo: “Venid y ved”. Esta es una invitación a que puedan conocerle personalmente. Así, Andrés pudo entender que Jesús no era simplemente un gran maestro, sino que era el Cristo. Cuando Andrés encontró a su hermano, Pedro, le anunció que había encontrado al Cristo. Felipe recibió la invitación de Jesús, y cuando vio que Jesús es ciertamente el Cristo, también lo comunicó a su amigo Natanael, diciendo: “Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret”. Por su puesto, esto no impresionó a Natanael, por lo que Felipe le invitó, diciendo: “Ven y ve”. Así Natanael también pudo conocer que ciertamente Jesús es el Cristo.

“Venid y ved” es la invitación que nos hace Jesús para que le conozcamos. Cuando vamos a él y le vemos, el Espíritu Santo también nos ayuda a que podamos abrir nuestros ojos espirituales a reconocer que Jesús es verdaderamente el Cristo, nuestro salvador. El Señor le dijo a Natanael, quien no creyó hasta que conoció la omnisciencia de Jesús, que vería “el cielo abierto, y a los ángeles de Dios que suben y descienden sobre el Hijo del Hombre”. Esto es, que vería el gran poder de Dios y su gracia redentora. Cuando Jacob vio la escalera donde los ángeles subían y descendían, reconoció que ese lugar era la casa de Dios, por lo que llamó el lugar Bethel. La casa de Dios, el lugar donde Dios mora, se materializó a través del tabernáculo, y después el templo. Jesús es el verdadero tabernáculo/templo. Cuando nos acercamos a Jesús, podemos conocer también a Dios. Así, conocemos de su gracia y de su poder.

“Venid y ved” es una invitación de amor, pero también de gracia porque nosotros no podemos acercarnos a él por nuestra propia dignidad, porque somos pecadores. Pero nuestro Señor tiene misericordia de nosotros, y como nosotros no podíamos acercarnos a él, él vino a nosotros haciéndose hombre. Él abrió el camino de gracia para la reconciliación entre Dios y los hombres. Su invitación de ir a él y conocerle es la manera en la que nos llama a entrar en la reconciliación con Dios.

“Venid y ved” es la manera en la que el Señor nos muestra su ejemplo de vida para que nosotros podamos caminar el camino de verdad. Solamente a través de conocer a Jesús podemos ir nosotros al Padre. Solamente cuando conocemos a Jesús y seguimos su ejemplo podemos vivir una vida verdaderamente feliz en medio de todas las dificultades y tribulaciones que podamos enfrentar en este mundo. Solamente a través de conocer a Jesús y imitarles es que podemos entrar en el reino de Dios.

El tener un buen ejemplo a seguir es importante para el desarrollo de una persona. Últimamente me da mucha tristeza escuchar de los chicos en México que su ejemplo a seguir los narcos. Hay una crisis de buenos ejemplos en México, al grado de que los chicos piensan que su mejor ejemplo a seguir son los narcos. Y me temo que este no es un caso exclusivo de México. Tal vez no hay narcos en otras partes del mundo (narcos como lo entendemos en México). Pero ciertamente hay muchas malas influencias que los chicos de la nueva generación ven y siguen. Por eso es que nosotros, como cristianos, debemos predicar con urgencia la palabra de Dios. Solamente a través de que las personas conozcan el evangelio es que podrán conocer a Jesús. Cuando conozcan a Jesús podrán cambiar sus vidas al ver la hermosura de la vida del Hijo de Dios.

Es mi oración que en este año pueda servir fielmente en la obra de salir a predicar en campos y tener una oveja fiel con quién estudiar la palabra. Oro porque pueda servir a un estudiante fielmente con el evangelio. Si leen esto, por favor, oren por mí para que pueda glorificar a Dios con mi vida, y que pueda ayudar a otros que vayan y conozcan a nuestro Señor Jesucristo.

Una palabra: Ven y ve.

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