Proverbios 10:1-18
El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá todas las faltas.
Proverbios 10:12
Salomón hace un contraste entre los sabios y los necios. Ciertamente calamidades vienen a los insensatos, y muchas alegrías a los sabios. Esto no es un secreto que solamente los cristianos conozcan. Aún los que no son cristianos estarán de acuerdo con estas palabras. Los que no son cristianos tal vez tengan sus limitaciones en aceptar que la bendición viene de Dios. Sin embargo, estarán de acuerdo que hay que vivir una vida diligente, no holgazana; que hay que buscar la justicia (aunque los que no creen en Dios tengan un concepto de justicia equivocado, ellos claman por justicia); en general estarán de acuerdo con las enseñanzas morales. Pero surge una pregunta: ¿cómo podemos obtener verdadera sabiduría? Para contestar esta pregunta debemos regresar a 1:7, que dice: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”.
Temer a Dios no quiere decir que le tengamos miedo. El temor se refiere a un respeto muy profundo. Dios es nuestro Rey, el Creador de los cielos y la tierra. Por lo tanto, él merece toda alabanza y gloria. Como él es creador, él también es la referencia de todas las cosas buenas y perfectas. Sin Dios no podemos conocer qué es la justicia, por ejemplo. Si el hombre fuera la referencia, lo que parece justo para unos es injusto para otros. Esta ha sido la historia del ser humano. Los conquistadores piensan que es justo lo que hacen, mientras los conquistados sienten que es injusto. Y podemos debatir entre quién tiene razón, y no llegaremos a ninguna solución. Cuando vemos la historia desde la perspectiva de los conquistadores, parece que han hecho las cosas con justicia. Pero si vemos la historia desde la perspectiva de los conquistados, los conquistadores parecen muy injustos. Por eso necesitamos una referencia absoluta, no una referencia relativa. Solamente Dios, quien es perfecto, es la referencia absoluta de todas las cosas buenas, porque él es inmutable.
El versículo 12 es central a este texto: “el amor cubrirá todas las faltas”. La palabra “cubrir” no quiere decir que el amor simplemente hace desaparecer las faltas. No es simplemente tapar para que ya no se note. La palabra kasa (כָּסָה) se usa en el sentido de perdonar. Cuando leemos en el Antiguo Testamento la frase “cubrir los pecados” significa “perdonar los pecados”. De esta misma manera, el que el amor cubra todas las faltas significa que el amor perdona las faltas. Ahora, aquí también “falta” no se refiere a “males” en el sentido de pecados cometidos por uno.[1] Más bien, se refiere a los males que otros cometen contra uno. Y esto lo podemos entender así porque el contraste es con el odio que despierta rencillas. Cuando uno ve que le han cometido algún mal, podemos reaccionar con odio o con amor. Si obramos con odio, entonces se producen peleas. Pero si obramos con amor, podemos perdonar a quienes nos cometen faltas.
Esta es la sabiduría que proviene de temer a Dios. Dios es amor, y cuando pudo haber destruido inmediatamente al hombre que pecó contra él en Edén, decidió abrir un camino de salvación mediate el Aplastador-de-la-serpiente. Este Aplastador-de-la-serpiente, después de mucho tiempo, Dios nos dio a conocer su nombre: Jesús, el Hijo de Dios. Jesús es Dios mismo hecho carne. Solamente Jesús pudo ser el verdadero salvador de los hombres al ser perfectamente Dios y perfectamente hombre.
Jesús es la sabiduría de Dios. Por lo tanto, cuando aceptamos a Jesús, recibimos la sabiduría de Dios. Cuando aceptamos a Jesús conocemos la voluntad de Dios en nuestras vidas. Aceptar a Jesús es aceptar su gracia salvadora que mostró al entregar su vida por nosotros en la cruz. A través de Jesús conocemos el amor de Dios que cubre nuestras faltas, y por lo tanto nosotros también podemos perdonar a quienes nos comenten faltas.
Señor, ayúdeme a vivir mirándole a usted. Cuando vivo con mis ojos puestos en usted puedo recordar que yo soy un hombre pecador, pero he sido perdonado por su gracia y por su amor; y, por lo tanto, también puedo perdonar a otros. Pero cuando pongo mis ojos en otras cosas, quiero establecer mi propia justicia, por lo que termino hiriendo a otros y provocando rencillas innecesarias. Oro, Señor, que pueda ser yo un predicador de la paz que viene a través de su gracia y su justicia. Deme de su sabiduría para vivir victorioso en este mundo.
Una palabra: Ama a otros como el Señor te ama.
[1] Aquí debo de hacer un poco de apologética a nuestro Pan Diario en español. Siendo que fue traducido de la versión en inglés, que dice: “Love covers over all wrongs” (NIV), aquí “wrongs” puede ser traducido como mal, pero en el sentido de cometer una falta. Siempre puede haber discrepancias al momento de traducir, pero es importante entender el contexto y la intención del traductor. Por supuesto, debemos confiar en que el traductor está tratando de ser fiel al autor, no metiendo sus propias ideas. En cuanto a diferencias en palabras al momento de traducir, podemos comparar con ESV, que dice: “love covers all offenses”. Aquí kasa está traducido como “wrongs” (NIV) y “offenses” (ESV). Reina-Valera 1960, que es la versión oficial que usamos en UBF en español, traduce kasa como “faltas”.